¿Qué esperar del próximo año?
¡Nada!

Es muy común que las personas al final del año se pregunten: ¿Qué esperar del próximo año? La pregunta revela exactamente el comportamiento que tendrán en el próximo ciclo de oportunidades, exactamente, ¡oportunidades!
Pues sí, cada ciclo es en realidad la llegada de una nueva oportunidad, y saber esto marca la diferencia en relación a la mentalidad que tendremos en lo que muchos llaman “un año más”.
Una idea central de este texto es despertar una conciencia de autogestión, lo que con seguridad hará que el nuevo período sea de actitud y no de espera. Un ejemplo de ello fue el surgimiento de esta revista en la que tengo el honor de escribir.
Ante un comportamiento pasivo en el que muchos simplemente se quejaban de la falta de un espacio donde encontrar contenidos conservadores.
Nuestro editor jefe y su equipo decidieron entonces abrir este espacio que, por cierto, ha sido una pequeña pero importante chispa para encender el corazón de quienes comparten con nosotros valores conservadores.
Entendemos que cuando encontramos una deficiencia, carencia o debilidad, ya sea en las personas o en las instituciones, es momento de actuar para resolver el problema.
Entonces, lo ideal no es que esperemos algo del año que viene, sino que tengamos el protagonismo necesario, y que si no en nuestra sociedad, al menos en nuestra propia vida.
En la misión de ser portadores de valores que den vida a una sociedad más justa y fraterna, seamos como el sol, que incluso en días nublados, lluvia o incluso tormenta, está ahí, por encima de las circunstancias esperando una oportunidad de manifestarse.
Seguramente no forzará los límites para que la tormenta se disipe, pero esperará tranquilamente el momento para ofrecer todo su contenido que, aunque las personas estén centradas en la tormenta, tienen en él todo lo fundamental para que la vida siga su curso. curso. .
Otra idea principal del texto es que, si esperamos algo, tendremos que recibir lo que venga; No tenemos control sobre esto, por lo que seremos como víctimas de una fuerza mayor que nos dará lo que venga... Mientras podamos hacer que todo este poder actúe a nuestro favor.
Por ejemplo: La oportunidad es una fuerza muy poderosa, pero si no se observa adecuadamente puede arruinarnos (si, por ejemplo, perdemos la oportunidad de curar una enfermedad).
En este sentido, un nuevo año es un año lleno de oportunidades.
Para concluir quiero exponer la tercera y última idea: pase lo que pase, con fuerza y naturalidad, si sabemos posicionarnos, recogeremos frutos que, de no recogerse, podrían incluso convertirse en motivo de un accidente, y todo porque en lugar de tener una actitud positiva hacia lo que la naturaleza nos ha dado, esperamos que el fruto llegue a nuestras manos, como cuando cae al suelo.
Aquí hay un poco de mitología en este texto: Las grandes tradiciones del pasado siempre celebraban el año nuevo porque entendían la posibilidad de grandes oportunidades que vendrían y entendían que como en la acción de una ley inmutable, la naturaleza durante la primavera les daría flores, viniendo después de las flores, los frutos que serían en el verano, o sea, sabían que cosecharían en el verano, en el próximo año, en el próximo ciclo, todo lo que sembraron durante la primavera; Por eso, sepamos que conscientemente o no, cosecharemos en primavera los frutos de las flores que la naturaleza nos regaló en el verano.
Por eso, con esta lección el mensaje es que para el próximo año debemos ser conscientes de tener actitudes más positivas, más inteligentes, mejor posicionados ante las grandes oportunidades que se nos presentarán, sabiendo que hoy estamos cosechando lo que antes sembrado. Por lo tanto, si queremos un futuro mejor, comencemos a construir ese futuro ahora.
Por eso en el título de este texto digo que es mejor no esperar nada del año que viene, sino que ofrezcamos el año que viene nuestras actitudes, nuestros sacrificios, nuestros esfuerzos para que este año se convierta, frente a nuestras acciones, en La cara de nuestro trabajo, antes que nuestro enfoque, antes que nuestra inteligencia, un año mejor, porque si no lo hacemos nosotros, otro lo hará y nosotros cosecharemos los frutos que otros han sembrado sin que sepamos siquiera el carácter y las intenciones de aquellos. otros.
Invito a todos, entonces, a pensar qué acciones tomaremos el próximo año para que no recibamos lo que viene, sino el resultado, ¡el fruto! Como reacción a nuestras acciones para que tengamos un año con algo que celebrar.
Recordemos que todo lo que pasó durante este año 2024, fue resultado de acciones que muchos emplearon y otros despreciaron, pero fueron frutos de acciones!!
Si no estamos satisfechos, sustituyamos las acciones que no nos benefician, por acciones que nos beneficien no sólo a nosotros mismos sino a toda la sociedad.
¡Un feliz nuevo ciclo de oportunidades para todos nosotros!
Esto en todos los aspectos de nuestra vida, en el ámbito político, social, familiar, profesional, en fin, empleemos nuestras mejores acciones, convirtiéndolas en un mensaje claro y concreto a nuestro creador, y créanme: ¡Él nos escuchará!
Os dejo un texto de la Santa Biblia para la reflexión.
“Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y busca mi rostro, y se vuelve de sus malos caminos, entonces yo oiré desde el cielo, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra” (2 Crónicas 7: 14 )
Que Dios bendiga nuestro viaje!!!
Artículo publicado en Revista Conhecimento & Cidadania Vol. IV No. 49 – Edición Diciembre 2024 - ISSN 2764-3867
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