Nimrod, Babel
- Neto Curvina
- 28 feb
- 4 Min. de lectura
Y las ideologías globalistas anticristianas que seducen al mundo

Cuando Nimrod comenzó la construcción de la Torre de Babel, su intención, el argumento que utilizó fue: “Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de la tierra” (Génesis 11:4). Ésta era la idea que circulaba entre los hombres en aquella época. Eso es lo que Nimrod quería que pensaran. Pronto, el ambicioso proyecto ganó adeptos y conquistó las mentes de su tiempo. Y luego comenzó a construirse la torre.
Pero Nimrod siempre supo que nunca sería posible construir algo que tocara los cielos. Pero aún así, vendió la ilusión. El diablo es un excelente vendedor de ilusiones. Él sabe cuán tentados estamos de abrazar fantasías y proyectos ilusorios, siempre y cuando pensemos que al final, de alguna manera, obtendremos algún beneficio. Tiene método y es antiguo. Cuando fue a Eva, ¿qué le dijo a la mujer para convencerla de desobedecer a Dios y comer el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal? Que ella –y Adán– serían “como Dios”, es decir, iguales a Dios (Génesis 3:5).
Nimrod fue el primer prototipo, por así decirlo, del Anticristo que caminó sobre la tierra desde la caída del hombre. Cuando leemos a Flavio Josefo, una fuente tradicionalmente confiable, lo vemos relatando que Nimrod, un hombre poderoso y valiente (una descripción que también aparece en la Biblia) convenció a los hombres de su época de que no era Dios el responsable de sus victorias y bendiciones, sino ellos mismos, de su propia capacidad y valor individual. Observe el discurso materialista. Es la raíz de toda dialéctica marxista, con perfil ateo y anticristiano. Discurso pulido, perfeccionado y cristalizado por los filósofos germánicos que hoy son una referencia para miles de cristianos en todo el mundo. Qué ironía diabólica, ¿verdad?
Luego, siempre según Josefo, Nimrod se presenta como “ la solución a todos los problemas de la humanidad” con la idea de construir una torre que, según él, protegería a los hombres de otra “amenaza” diluviana. Observe cómo Dios se convierte en el gran y perturbador villano de la historia. Pero Nimrod también sabía que esto no era cierto, porque Dios le había dicho a Noé que nunca más traería un diluvio sobre la tierra (Génesis 9:11). Y esta información se transmitió de generación en generación. Nimrod utilizó mentiras de manera populista para promocionarse, cuando en realidad lo que quería era tener poder sobre todos los hombres. ¿Familiar?
Cuando decimos que las raíces del comunismo/marxismo/socialismo son satánicas, esto puede recibirse de dos maneras. En el primero, el Diablo planeó todo esto y lo transmitió a los hombres. Y en segundo lugar, los hombres simplemente absorbieron estos principios después de siglos de adoración al diablo. En ambos casos el resultado final será el mismo y el modus operandi similar: la promesa de un mundo mejor, siempre y cuando se elimine a Dios de la ecuación. Al asumir la responsabilidad de dictar el destino de la humanidad, Nimrod intenta tomar el lugar de Dios y, peor aún, se presenta como alguien que puede ofrecerle a la humanidad un mundo mejor sin ÉL. ¿No es eso lo que predica el marxismo en el campo filosófico? ¿No es eso lo que propugna el progresismo en el ámbito social?
Finalmente, Josefo aporta un dato más. Destruyendo todo sentido de realidad, Nimrod todavía habría prometido al pueblo que, una vez terminada la torre y alcanzado el cielo, vengaría la muerte de todos aquellos que perecieron en el diluvio, que despertó la ira y el orgullo herido de sus descendientes. Nimrod quería hacer una revolución en el cielo, entrar en el reino, destronar al Rey, y entonces él, Nimrod, podría tomar posesión de la corona. Todo esto después de mentir, distorsionar, manipular y corromper.
En el fondo, lo que quería era poder fuera de Dios. Para distorsionar toda la obra de la Creación. Como eficiente mensajero de Lucifer, dotado de una lengua seductora y de un malicioso poder de persuasión, hizo que los hombres se enamoraran de la mentira con el pretexto de cumplir sus más bajos y oscuros deseos. La promesa de un mundo mejor sin la presencia de quien les dio la vida a todos.
No hay mundo mejor sin que reine la verdad. Una sociedad que beneficie a los hombres no es posible sin que la realidad se experimente en su totalidad. No hay vida sin DIOS. Obsérvese que esto es lo que predican los hermanos siameses (socialismo/progresismo). Obsérvese que todo aquello contra lo que luchan es precisamente lo que está en la luz, en el lado del bien, de lo que es decente, ético y moral. El “espíritu” de Nimrod, o mejor dicho, el “espíritu” que estaba detrás de Nimrod, ha caminado por esta tierra durante milenios, siempre con una Torre de Babel bajo el brazo para ofrecernos.
Pero Babel significa “confusión”. Y a Dios le gustan las cosas, como dice Pablo, con “decencia y orden” (1 Corintios 14:40). El comunismo y el progresismo son confusiones espirituales, humanas y sociales. No existe posible Torre de Babel en ninguno de los mundos planeados por Dios. Aunque apenas está comenzando a construirse, y pueda sorprender a muchos que lo vean construirse, al final es DIOS quien decide lo que se puede y lo que no se puede hacer. Tenemos hoy una torre que ya es bastante alta. Pero no tengas miedo. Pronto el dueño del mundo descenderá, y los que trabajan en su construcción sabrán quién gobierna realmente sobre todo y sobre todos.
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Artículo publicado en la Revista Conhecimento & Cidadania Vol. I No. 11, edición mayo 2022 – ISSN 2764-3867
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